Precursores del collage: un método milenario con nombre del siglo XX
En el Taller exprés de collage exploraremos esta técnica como método creativo, qué posibilidades nos ofrece y cómo nos permite generar asociaciones insólitas de ideas a través de los materiales.
Pero para ir entrando en materia, un poco de historia: ¿Qué es el collage? ¿Cuándo nace oficialmente? ¿Cuáles fueron los primeros usos de esta técnica plástica?
¿Qué es el collage?
El collage es una técnica artística que consiste en el ensamblaje de diferentes elementos. En la actualidad es un concepto que se utiliza en varias disciplinas artísticas (como la música, el vídeo o la literatura), pero aquí nos centraremos en las artes plásticas.
En pintura e ilustración, el collage se caracteriza por integrar en la obra diferentes materiales y/o imágenes, que irían pegados al soporte base: papeles, imágenes fotográficas, recortes de periódico, fragmentos de tela o madera… De hecho, el nombre de la técnica proviene del verbo francés para “pegar”: coller.
El nacimiento oficial del collage: el cubismo
¿Y por qué un nombre en francés? Porque, oficialmente, los “inventores” de esta técnica serían Picasso, instalado en aquellos años ya en Francia, y Georges Braque, ambos integrantes del movimiento cubista a inicios del diglo XX.
Las vanguardias europeas del siglo XX, en muchas ocasiones, tomaron formas, elementos y técnicas de otras culturas, o de modos de arte considerados “menores” o artesanías, y se las apropiaron como elementos característicos.
Es lo que sucedió con el collage, así que haremos memoria y recordaremos algunos de los primeros usos de está técnica, antes de que tuviera ni tan siguiera un nombre.
La Antología de los Treinta y seis Poetas: caligrafía y paisajes
Algunos de los ejemplos más antiguos que conocemos están contenidos en el Nishi Honganji Sanju-rokunin Kashu, también conocida como Antología de los Treinta y seis Poetas, una colección de manuscritos japoneses del siglo XII.
En algunos de sus tomos, especialmente los dos volúmenes originales, conocidos como Ishiyama-gire, la caligrafía que dibuja los poemas dialoga con los papeles y materiales de base (en ocasiones telas), que ensamblados a modo de collage representan y evocan elementos de la poesía: montañas, ríos, nubes…
Utilizan papeles texturados y diferentes en color, que aparecen con los bordes rasgados, para generar las formas y áreas de la composición. En ocasiones utilizan papeles pintados, o con dibujos más figurativos y adornos en diferentes calidades.
Mary Delany: botánica y decoupage
En 1771, la artista británica y amante de la botánica Mary Delany comienza, a sus 72 años, la pieza por la que sería más recordada: Flora Delanica.
Esto es, la colección de sus 985 obras de collage, o como ella los denominó, “mosaicos de papel”, que creó en sus últimos 17 años de vida, hasta su muerte a los 88 años.
Las piezas, siempre sobre fondo negro, pertenecen a la categoría de ilustración botánica, y tratan de representar con exactitud científica las diferentes especies de flores que Delany estudió a lo largo de su vida.
Ruth Hayden, en su libro Mrs Delany: her life and her flowers (1980) explica sobre el proceso y técnica de Delany:
“Con el especimen de la planta colocado frente a ella, corta partículas diminutas de papel coloreado para representar los pétalos, los estambres, el cáliz, las hojas, las venas, el tallo, y otras partes de la planta y, empleando papeles más de tonos más claros y más oscuros para generar el sombreado, los pegaba sobre el fondo negro. Colocando un trozo de papel sobre otro, en ocasiones llegaba a colocar multitud de capas, y en una pieza terminada, podía llegar a haber cientos de fragmentos de papel para construir una sola planta. Se cree que primero diseccionaba cada planta y la examinaba cuidadosamente para que la representación fuese precisa”.
Su obra puede consultarse en la web del Museo Británico, donde se encuentra actualmente.
Su técnica se basó en el decoupage, un arte decorativo muy popular entre la clase alta británica del siglo XVIII, que consistía en adornar muebles de madera con recortes de papeles coloreados, pan de oro y otros diseños.
Mary Georgina Filmer: el fotocollage victoriano
Nacida en 1838, fue una de las primeras autoras de collages fotográficos.
Sus obras, agrupadas en forma de álbumes, consistían en escenas pintadas en acuarela en las que pegaba recortes fotográficos, en composiciones fantásticas o humorísticas.
Una de sus obras más conocidas, contenida en el llamado Filmer Album, incluye una imagen de ella misma, de su marido, del entonces príncipe de Gales y de algunos conocidos. Su álbum y el bote de pegamento aparecen representados sobre la mesa, junto a ella. La escena y la técnica recuerdan a las famosas obras del artista pop Richard Hamilton:
Fue un modo de arte amateur popular en la era victoriana, con otras autoras como Georgina Berkeley o las misteriosas E.P.B y J.P.B de la familia Pleydell-Bouverie.
En 2010, el Art Institute of Chicago dedicó una exposición a estos pioneros collages, que posteriormente viajó al Metropolitan Museum of Art bajo el título Playing With Pictures: The Art of Victorian Photocollage (Jugando con las imágenes: El arte del fotocollage victoriano).
Hans Christian Andersen: el mundo en un biombo
Aunque el famoso escritor ya tenía una extensa obra plástica, en la que encontramos ejemplos sumamente similares a los collages, por ejemplo, cubistas, no fue hasta casi el final de su vida que se embarcó en su proyecto más ambicioso.
En 1873, dos años antes de su muerte, Andersen comenzaba su último gran proyecto artístico: un biombo de cuatro hojas, sobre el que pretendía componer con periódicos ilustrados y fotografías recortadas.
Su editor danés le proveía con grabados y periódicos ilustrados ingleses, y el fotógrafo de la corte le dio 150 fotografías de mujeres y hombres ilustres de Dinamarca, incluyendo algunas del propio Andersen. Otros amigos le proveyeron con imágenes alemanas y más periódicos daneses.
Con este extenso archivo visual del arte, la cultura popular, y los eventos históricos del siglo XIX, creó 8 composiciones (una por cada cara de cada hoja del biombo), cada una dedicada a expresar una idea o representar un país (una está dedicada a Alemania-Austria, otra a la Infancia, etc.)
Incluye personalidades famosas, paisajes, edificios, personajes de cuento, y escenas históricas y sociales, que se acumulan en una vertical y saturada topografía que refleja la visión del mundo del autor.
Su uso de las imágenes y el horror vacui recuerda a algunos collages Dadá:
Compositivamente, la línea del horizonte está alta en todas las hojas, con los personajes y edificios más distinguidos en lo alto, y debajo, en un orden histórico aproximado, los escritores, políticos y científicos más importantes de cada país, terminando con los más cercanos al propio Andersen.
El biombo resultante es un collage que refleja una Europa turbulenta, cortada y pegada a partir de fragmentos de los incipientes medios de comunicación masivos (los periódicos ilustrados), grabados en madera y fotografías.
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